El centro de Santander tomará aire el próximo 10 de junio, cuando se abra el nuevo acceso de vehículos al aparcamiento del ferry que se está construyendo actualmente. El tráfico adelgazará porque los vehículos que quieran entrar a la estación ya no deberán cruzar todo Marqués de la Hermida y la calle Antonio López. Cogerán un desvío antes de llegar a la Biblioteca de Cantabria, en Varadero, que les llevará directamente al parking situado donde antes estaban las naves de Solvay. Estas dos actuaciones son un paso al frente del proyecto del Frente Marítimo, que abrirá a la ciudad 200.000 metros cuadrados de terreno antes propiedad del Puerto. Dos obras indispensables para que, a finales de junio, comience la construcción del Centro Botín en el espacio donde actualmente estacionan los vehículos que embarcan o desembarcan de los barcos de Brittany Ferries.
Las obras de este nuevo vial, con un presupuesto de 30.000 euros, comenzaron ayer. Los dos carriles para la entrada de coches discurrirán en paralelo a Marqués de la Hermida, en el espacio en desuso ocupado ahora por los raíles del ferrocarril. Además, se habilitará una zona de aparcamiento, con unas cuarenta plazas, a lo largo de la carretera. La salida de los vehículos a la autovía se hará por el puente de Raos. Este vial, así como la retirada del canal de agua que separaba el Puerto de la ciudad en la calle Antonio López, forman parte del proyecto de remodelación de los nuevos espacios del ferry, con medio millón de euros de inversión. Según avanzó ayer el alcalde, Íñigo de la Serna, ya se están realizando los estudios geotécnicos para la terminal de cruceros, que servirán de base a su futura remodelación.
Una vez que esta carretera empiece a funcionar, Brittany Ferries precisa de un margen de tiempo para afinar los nuevos flujos de entrada y salida. Camiones y turismos tendrán una zona de preembarque en el solar que ha dejado libre la nave de Solvay. Dos casetas de control situadas junto a Sanidad Exterior chequearán los documentos de entrada y, tras franquearlas, vehículos y pasajeros entrarán en la denominada «zona de no retorno», en la que sólo es posible acceder al barco.
La zona de preembarque dispondrá de un acceso para salir a la ciudad situado en el tramo final de la calle Antonio López, frente al edificio de Aduanas. Los pasajeros ingleses, habituales clientes de los bares y comercios situados en Calderón de la Barca y en la misma Estación Marítima, se verán alejados de este lugar.
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